En el mundo se fabrican aproximadamente 6,000 millones de jeans al año, consumiendo 120 litros de agua solo en el acabado de cada prenda, sin contar el agua necesaria para cultivar el algodón. Esta cantidad de agua podría destinarse a la producción de alimentos.
La industria de la moda, responsable del 4% al 10% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, está bajo mayor escrutinio por su impacto ambiental. La “moda sostenible” abarca prácticas que respetan el medioambiente y a los trabajadores, enfocándose en reducir emisiones de CO2, sobreproducción y contaminación, gestionar residuos textiles, apoyar la biodiversidad y garantizar condiciones laborales justas y salarios dignos.
La moda sostenible incluye prácticas en el diseño, confección y consumo de ropa que respetan el medioambiente y los derechos de los trabajadores. Se enfoca en reducir emisiones de CO2, minimizar la sobreproducción y contaminación, gestionar residuos textiles, apoyar la biodiversidad y garantizar condiciones laborales justas y salarios dignos en toda la cadena de producción.
Dado todo esto, no es sorprendente que pocas marcas de moda estén realmente comprometidas con la sostenibilidad. Comprar prendas “sostenibles” no es suficiente para resolver el problema; debemos reconsiderar nuestros hábitos de consumo y nuestra actitud hacia la ropa que compramos.
Para un guardarropa más sostenible, compra solo lo necesario y de buena calidad, apoyando marcas sostenibles y locales. Opta por moda vintage y de segunda mano.
Verifica las afirmaciones de sostenibilidad y elige materiales naturales como algodón orgánico y fibra de alpaca. Además, asegúrate de que los trabajadores reciban un salario justo y valora marcas que colaboran con artesanos locales.
Elige marcas con prácticas ecológicas y evita prendas con productos químicos nocivos. Cuida y repara tus prendas para prolongar su vida útil, y vende, intercambia o dona la ropa que ya no uses. Finalmente, elige ropa atemporal y duradera.